En este artículo editorial del Critical Care, publicado el 16 de marzo, los autores plantean, ante la ausencia actual de vacuna o de un tratamiento anti-viral específico para el tratamiento de los pacientes graves con COVID-19, el uso de plasma de convalencientes para el tratamiento de la infección, como medida posiblemente útil a corto plazo.
Según comenta el artículo (aparece ahí referenciado) que una empresa farmacológica China comenta en su página que en una serie de 10 pacientes graves se observó que el tratamiento con esta terapia mejoró la oxigenación y disminuyó la carga viral así como la inflamación. No es un estudio reglado por lo que he podido revisar.
También hace referencia a un meta-análisis, publicado por Mair-Jenkins et al. en The Journal of Infectious Diseases en 2014, que utilizó este tratamiento en pacientes con SARS-CoV y MERS-CoV, demosntrando una reducción significativa en la mortalidad y carga viral.
Como riesgos potenciales remarca la presencia de eventos trombóticos hasta en un 14,9% en las series publicadas, y la necesidad de que su producción y uso se ajuste a las condiciones éticas y de seguridad necesarias.